ENTREVISTA AL P. JAIME GUALDRÓN



PARAULA:

Valencia, domingo 19-V-2019

200 carismáticos, en El Vedat de Torrent


La Asamblea Regional de la RCCE de Levante se celebró en los Dominicos de El Vedat de Torrent los pasados 4 y 5 de mayo. La jornada reunió a doscientas personas, provenientes de las diócesis de Valencia, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón y Mallorca. Tuvo como tema ‘Derramaré mi Espíritu sobre toda carne (Joel 3, 1)’ y fue dirigida por el padre Jaime Gualdrón, que impartió diversas enseñanzas en torno al lema de la Asamblea. Se desarrollaron, asimismo, oraciones de alabanza, adoración eucarística, oración de intercesión y celebración de la Eucaristía. 



Entrevista al sacerdote Jaime Gualdrón, de la Renovación Carismática Católica en España


“Las emociones nos hablan de que somos creados para amar y ser amados”


La Renovación Carismática Católica en España (RCCE) ha celebrado en Torrent su XXXVII Asamblea Regional de la Provincia Eclesiástica Valentina. Ha sido presidida por el padre Jaime Gualdrón, sacerdote de la diócesis de Zaragoza y anterior asesor religioso nacional de la RCCE. Aprovechando su visita a la diócesis valentina, ha concedido a PARAULA esta entrevista.

-¿Qué aspectos de la RCCE destacaría como los principales para ayudar a las personas a conocer a Cristo?

-Lo primero es la oración de alabanza, que nos abre al amor de Dios, a la persona de Jesucristo y que nos saca de nuestro ‘encierro’, de querer quedarnos en nosotros mismos. A veces nuestra oración pierde esa frescura porque se con-vierte en monólogos. Cuando oramos al Señor, alabamos su presencia, su amor, nos abrimos a todo lo que el Señor es.

Otro de los aspectos relevantes es el kerigma. El papa Francisco nos viene recordando a la Renovación Carismática la importancia que tiene su anuncio para conocer a Jesucristo. En la Renovación éste se difunde por medio de los Seminarios de Vida en el Espíritu. Nos invitaba el Papa a que en todas las parroquias, en todos los colegios, en todos los espacios que tuviéramos nosotros organizáramos esos Seminarios de Vida en el Espíritu, que es el primer anuncio, el anuncio del amor de Dios, manifestado en Jesucristo como nuestro Salvador, como nuestro sanador, como la persona que muriendo en la cruz, derramando su sangre por nos-otros, nos ha dado vida y nos ha dado vida en abundancia por medio de su resurrección. Estos seminarios culminan siempre con la efusión o bautismo en el Espíritu Santo, que nos quiere recordar la presencia siempre nueva del Espíritu del Resucitado en nuestros corazones y que hemos recibido desde el bautismo.

Y por último, la oración de intercesión, que es igualmente importante en nuestra experiencia como Renovación Carismática. Es la oración de acompañar a nuestros hermanos en sus necesidades. Orar por ellos, interceder ante el Señor por ellos. El Papa, en la exhortación ‘Evangelii gaudium’, nos invita a ser intercesores, porque los grandes hombres de la historia de la Iglesia, los santos, dice el Papa, han sido grandes intercesores. Tenemos que ser intercesores por las necesidades de la humanidad y de nuestros hermanos.

- ¿Cómo definiría la importancia de la dimensión afectiva y emotiva, que tanto enfatiza la RCCE, para la experiencia de fe?

- Habría que matizar esta cuestión: en la Renovación no se enfatiza tanto la parte afectiva y emotiva, si la entendemos con un enfoque negativo. Porque sería quedarnos en un sentimentalismo o en un emocionalismo. Y no queremos eso. El Señor lo que quiere es salvar a la persona completa, y nosotros en nuestra humanidad somos también afectos y emociones. Entonces, el Señor obra con fuerza y con poder ahí en nuestros afectos. La vida emocional es algo positivo. Nos habla de que estamos creados para amar y ser amados y que tenemos esa capacidad para el amor. Y el Señor nos habla precisamente de que tenemos que amarnos los unos a los otros. Ese amor el Señor lo purifica, lo sana. Nos hemos de convertir, dejar que el Señor purifique nuestros afectos. Y la emoción se integra en el contexto de la vida afectiva como algo que nos mueve a realizar algo. La emoción de realizar la alabanza, de buscar el encuentro con el Señor me motiva a abrirme al encuentro y a la acogida del otro. Esta emoción encauza la razón. Tenemos una razón inteligente, pero no solo se salva la razón, sino también nuestros afectos, nuestras emociones, nuestro cuerpo… todo nuestro ser persona.

Gracias a Dios, en la misma educación de los niños y de los jóvenes se está hablando de esto: del afecto y de la emoción para que sientan el agrado de estudiar. No sólo se educa para llenar la cabeza de conocimientos, sino que también se educa en los afectos y las emociones.

Creo que es importante que dejemos al Señor que santifique nuestra vida de relación, de amor, de encuentro con los otros. Los santos lo experimentaron. Santa Teresa habla de que la oración es hablar de amor con quien sabemos nos ama. Pues eso es afecto, eso es emoción y eso nos lleva a vivir y a dejarnos transformar de una manera nueva, a vivir una vida nueva que el Señor nos quiere dar.

-¿Qué experiencia personal tiene Vd. de RCCE, cómo le ayuda en su vida?

-Lo he compartido estos días, y le doy gracias de nuevo al Señor por eso. Crecí en una familia en la que mis padres participaban en la Renovación Carismática. Y cuando entré al Seminario nos permitían vivir la experiencia de las diferentes espiritualidades. Los miércoles había unos que se reunían a reflexionar la Palabra con la metodología del Prado, otros la Renovación Carismática, otros los Focolares. Yo participaba en la Renovación y me ordené con esa espiritualidad. Soy sacer-dote para la Iglesia universal, ¡soy católico!, para todos los movimientos. En mi parroquia caben todos los movimientos. Pero mi manera de vivir mi espiritualidad como sacerdote es en la Renovación. Para mí ha sido una gran ayuda.

De los momentos importantes que han marcado mi vida ha sido el servicio a nivel nacional en España como asesor espiritual de la Renovación. Fue un momento fuerte, intenso, de encuentro con el Señor y con los hermanos, de conocer de cerca la realidad de la Iglesia en España. Eso me ha llevado a tener una visión más amplia en mi ministerio, en mi vida personal y en mi ser Iglesia.

-¿Qué balance hace del encuentro vivido en Torrent este mes?

-Ha sido una experiencia bendecida por la presencia y el amor del Señor; y por la fraternidad de este pueblo de alabanza de la Renovación Carismática Católica en Valencia, que quiere, con su oración, agradecer al Señor el don de la fe y la experiencia de la comunión. Lo valoro como una oportunidad hermosa, positiva, de encuentro, de compartir, de oración, de fraternidad… de fortalecer la comunión.

Quiero agradecer esta oportunidad de poder compartir con vosotros esta experiencia de la Renovación. Agradecer de manera especial a todos los servidores de esta Provincia Eclesiástica. Agradecer la presencia de tantos jóvenes que con la frescura de su testimonio nos animan a seguir adelante. Que el Señor les bendiga.